Opinión: «Zona de resistencia»

Leire Bilbao (escritora)

Recuerdo la primera vez que vine de Ondarroa a Durango. Cogería el autobús y me llevaría casi una hora de curvas indigestas entre Lea Artibai y del Durangaldea. Levaba 2000 pesetas en el bolsillo y mi destino era la Azoka de Durango.

Tenía bien claro en qué emplear ese dinero; el libro de poemas «Hnuy illa nyha majah yahoo» de Joseba Sarrionandia. Han pasado veinticinco años desde entonces. Ahí es nada. Mis manos recuerdan aún el tacto de aquel libro.

Desde entonces, ha sido una cita anual  miles y de personas  de zonas «colindantes» y «no-colindantes» con Durango. Una peregrinación anual a ese «templo cultural» que suponíua Durango. Una cita que daba pie a econtrase con viejos/as amigo/as y leer en sus rostros, escuchar en sus voces la literatura del paso irremediable del tiempo.

Comprar libros y discos, no es más que una excusa para los y las que a lo largo del año compramos en una librería u otra. En la Azoka queremos comprar palabras, vender miradas, gestos cómplices, aprecio y abrazos. Queremos compartir intenciones y proyectos. Realizar contratos verbales con editores. Cerrar convenios sin papeles en un bar. Olvidar por unos días esa soledad de escritora y sentirnos parte de algo más grande que nos envuelve.

El escritor, la escritora tiene siempre un/a destinatario/a. Le place enseñar y entregar su obra a quien lo desee. Tampoco pide mucho a cambio. Pero hay unos mínimos. Líneas rojas, estados de alerta.

La Azoka será en gran mdida online en esta edición. Se abrirán las ventanas a la cultura vía streaming. Durangarras y «colindantes» varias, venid a la Azoka, acercaos.

Esta es nuestra zona de resistencia.

 

“Hnuy illa nyha majah yahoo” (poemak-1985-1995). Elkar.

Joseba Sarrionandia