La asociación Río de Oro lleva varios años colaborando en campamentos y otras actividades con motivo del conflicto en el Sahara. Una de las dinámicas que realizan cada año es la de las colonias de verano. Desde Tinduf (Argelia) se acercan varios/as jóvenes hasta Izurtza, donde pasan el verano. En este sentido, y con el fin de ayudar a esos/as niños/as, se procedió a hacer una recogida de ropa. Actualmente, y hasta el 10 de junio, existe la posibilidad de realizar aportaciones en Kurutziaga, acercándose a la secretaría y dejando allí la ropa. Paule Loizaga, miembro de Río de Oro, nos cuenta los entresijos de la recogida de ropa y en qué punto se encuentra la actividad de la asociación.
¿Cómo va la recogida de ropa? ¿La gente ha respondido?
La verdad es que va fenomenal. En años anteriores también hemos recibido muy buena respuesta, pero estamos muy contentos/as con este año. En todas las zonas que hemos habilitado para la recogida de ropa hemos encontrado una caja de ropa llena, lo que nos ha recordado la necesidad de agradecer la implicación de la ciudadanía.
¿Cuántos/as niños/as vendrán en verano de Tinduf? ¿Cómo os organizáis?
Este año van a venir diez niños/as de entre 6-10 años, seis de los cuales estarán su primera vez fuera de Tinduf.
Desde junio a finales de agosto tendremos 8 turnos, cada uno de ellos compuesto por 8-10 monitores/as, por lo que sí que el trabajo que requiere el campamento es grande. En total, durante todo el verano contaremos con unos 80 monitores/as en Izurtza, sin olvidar a los/as dos monitores/as saharauis que vienen con niños y niñas y que pasan todo el verano junto a nosotros/as. Es un voluntariado de gran volumen, con toda la gestión que eso supone, pero con los años hemos ido formando una gran red de voluntarios/as y la respuesta siempre ha sido enorme.
En los dos últimos años no habéis podido repetir esta experiencia. ¿Estáis con ganas?
Con muchas. Los/as que hemos pasado por el campamento de verano de Río de Oro sabemos que con la llegada del verano, el regreso de los/as niños/as es una de las noticias más gratificantes. Por un lado, por las vivencias y experiencias que nos ofrece el campamento de verano, pero sobre todo, por la oportunidad que supone para ellos/as. Al final, en los campamentos de refugiados de Tinduf suelen pasar los veranos en condiciones muy duras, y cuando tienen esa edad aumenta la necesidad de salir. Además, los/as niños/as que llegan a nuestra tierra necesitan especialmente atención sanitaria, donde se les garantiza esta posibilidad. Es muy importante fijarse en la salud de estos/as niños/as, y quienes hayan perdido la oportunidad de venir en los dos últimos años no podrán recuperar ese tiempo.
«Muchas veces lo hemos mencionado y así lo creo: «el Río de Oro engancha»»
¿Cuál suele ser la agenda del equipo? ¿Qué les mostráis?
Previamente, un equipo de trabajo interno de la asociación se encarga de realizar las propuestas de las diferentes actividades, salidas o dinámicas que se pueden realizar a lo largo de todo el campamento. Todo ello está documentado y disponible para cuando llegue el campamento, para que el equipo de monitores de cada turno programe su agenda semanal.
La agenda suele ser sencilla, sobre todo preparar manualidades y juegos adaptados al tiempo libre de los/as niños/as, dinamizar los días y programar salidas especiales de vez en cuando: Surf, salida al Espacio Kutxa, hinchables de las fiestas de los pueblos de alrededor.
Algunas condiciones físicas de algunos niños y niñas (ceguera, dificultades para la movilidad) nos llevan a adaptar nuestras actividades, y hacemos un gran esfuerzo para ofrecer un verano de ocio en el que todos/as podamos disfrutar.
No diría que nosotros/as les mostramos nada, ni que tengamos esa intención, si no es el uso de instrumentos que ellos/as no conocen por la escasez de recursos de los campamentos; la ducha, el tiro a la bomba del inodoro y cosas técnicas de este tipo. En lo demás, diría que se da un intercambio total; en cuanto a la lengua, la cultura y las costumbres.
¿Hasta qué punto vuestra actuación ha estado condicionada por la pandemia? ¿Habéis llegado hasta el punto de tener que quedar totales?
Hemos estado absolutamente condicionados/as. Por un lado, porque no había manera de sacar adelante el proyecto estrella de la asociación, que es el campamento de verano; y por otro, porque los vaivenes de la pandemia sólo nos han puesto obstáculos para sacar adelante otro tipo de actividades. Además, en unos tiempos en los que las vidas propias de quienes trabajamos activamente en Río de Oro también han sido tan condicionadas, muchos/as de nosotros/as hemos enfocado el entusiasmo que mostrábamos hasta entonces hacia otros muchos ámbitos y esto nos ha hecho dudar también de cara al futuro: ¿Podremos recuperar el Río de Oro de antes? La desvinculación ha sido grande y yo misma ponía en duda que la asociación pudiera seguir funcionando con la fuerza y el compromiso de antes. Pero ahora estoy convencida de que la vuelta del campamento nos hará volver con más ilusión que antes.
¿Qué destacarías de las experiencias a cualquiera que quiera ser voluntario/a?
En este voluntariado diferenciaría dos partes, ya que no es lo mismo acudir al campamento que ser miembro activo de la asociación. Cada uno/a tiene que ver cuánto, dónde y cómo puede aportar, pero para eso hay que probar, y creo que este campamento es una gran oportunidad para una experiencia de voluntariado.
Por un lado, el campamento en sí mismo es maravilloso en todos los sentidos: el grupo de niños/as, el grupo de monitores/as (formado por personas de diversas edades y procedencias), la dinámica y el funcionamiento de la experiencia en su conjunto es muy enriquecedor. Es más, los/as nuevos/as voluntarios/as que llegan cada año, normalmente, repiten al año siguiente, que es la señal más significativa.
Por otro lado, formar parte de una asociación como Río de Oro, más allá del campamento de verano, te permite participar a lo largo del año y en otros proyectos: conocer la cruda situación de conflicto del pueblo saharaui y sumergirte en un vínculo especial entre pueblos, vivir de cerca esa bella cultura, relacionarte con el resto de voluntarios, redes…
Nosotros/as, en el grupo, lo hemos mencionado muchas veces y así lo creo: «Río de Oro engancha».
¿Tenéis algún objetivo marcado tanto a corto como a largo plazo?
De momento hemos reactivado los proyectos y los grupos de trabajo de la asociación, y ahora tenemos el foco puesto en el campamento de verano.
Sin embargo, de insistir en un gran reto u objetivo, sería la incorporación de las nuevas generaciones. El parón de dos años también nos ha afectado y muchos/as voluntarios/as que llevamos desde años anteriores tenemos ahora más dificultades para completar los turnos de campamento o dedicarnos de forma tan activa a otro tipo de iniciativas. Consideramos imprescindible que se acerquen nuevos/as voluntarios/as y, sin duda, el campamento es una gran oportunidad para ello.