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El 70% cree que los hombres son más inteligentes
Un estudio prueba que a partir de esa edad los y las niños/as aceptan estereotipos como que el policía debe ser un hombre o la florista una mujer.
Desde los cuatro años, los y las niñas observan y asumen los roles de género y los aplican para construir expectativas sobre las características del resto y sobre las profesiones que desempeñan las personas.
Esta es una de las principales conclusiones de este estudio, publicado en la revista Frontiers in Psychology. Según este estudio, los menores interiorizan estos estereotipos, aunque los mensajes sean más sutiles y menos explícitos que los del pasado.
El objetivo principal de esta investigación es conocer hasta qué punto afectaban los esquemas de género a los niños y niñas.
Para la realización del examen se realizaron entrevistas individuales a 149 alumnos/As de una escuela pública, de entre 4 y 9 años. Además de la UCM, en el estudio participaron el Instituto de Investigación Sanitaria del Hospital de Madrid (12 de octubre) y la Universidad Francisco de Vitoria.
Irene Solbes, investigadora del Departamento de Investigación y Psicología de la Educación de la UCM, destaca que «los resultados arrojaron respuestas muy parciales, incluso en el grupo de los y las más jóvenes, y señaló cuáles son los roles tradicionales de género, especialmente los relativos a la masculinidad».
Según ha relatado, cuando a los y las menores, de entre 4 y 9 años, se les pidió en un grupo de fotos de hombres y mujeres desconocidos que eligieran a alguien que les pareciera ‘muy inteligente’, al 70% eligieron a un hombre -adulto o niño-.
En cuanto a las profesiones, casi el 60% de los participantes opinaba que ser policía «sólo lo tenían que hacer los hombres», frente a la profesión de florista (según la mitad de los participantes, sólo las mujeres).
En la investigación se presentaban diferentes tipos de materiales gráficos (fotografías de adultos y niños desconocidos, dibujos de oficios) con el objetivo de analizar el grado de conocimiento y apego de los estereotipos de género tradicionales de estas edades tempranas.
Eran preguntas sobre las características personales que culturalmente se consideraban femeninas (amabilidad, presumido) o masculinas (inteligencia, agresividad), así como sobre algunas profesiones tradicionalmente consideradas femeninas (enfermera o peluquera) y masculinas (policía o capitán de barcos).
Según los/as expertos/as, a medida que se produce el proceso de socialización en los primeros años de vida, los niños y niñas «son conscientes de las normas y valores culturales en torno al género», los y las menores adquieren la categoría de «hombres» y «mujeres» como «esquemas mentales que aplican para juzgar a los demás o elegir a sus compañeros de juego, así como para construir su propia personalidad y determinadas expectativas en el ámbito personal, vocacional o laboral», subrayan.
