El presente curso escolar ha sido el primero de Gotzone Duñabeitia Kintana como Directora Pedagógica de Kurutziaga. Como tal, ha participado en el grupo que ha elaborado el Plan Estratégico para los próximos años. El segundo de los retos que recoge dicho plan se refiere al ámbito pedadgógico y, por tanto es Gotzone la persona adecuada para darnos a conocer las líneas de trabajo que responden al reto.
“Impulsar mejoras e innovaciones pedagógicas basadas en la práctica reflexiva”
¿Qué debemos entender al leer esa frase?
Esa frase recoge un modo de trabajo del profesorado que nos exige una reflexión contínua sobre el trabajo que realizamos. En este caso analizamos la evaluación. Las reflexiones que hagamos sobre el modo de evaluar que utilizamos nos llevarán a dar nuevos pasos. En un principio responderán a las necesidades de cada etapa, pero una vez se complete el recorrido, desembocará en un nuevo Marco de Evaluación Procesual que valdrá para las tres etapas.
¿A qué te refieres cuando hablas de Marco de Evaluación Procesual?
Sé que nuestra terminología no es siempre fácil de entender, así que lo intentaré. Básicamente supone campiar el modelo de evaluación. Significa que debemos poner la mirada más en el proceso y no tanto en el resultado. Los resultados, las calificaciones seguirán estando porque nuestro sistema educativo así nos lo requiere. ¿Dónde reside la clave? Es una cuestión de dónde ponemos el foco cuando interpretamos los resultados, y cómo se lo comunicamos al alumnado, a las familias, o al docente que continuará con la labor educativa del alumno/a.
Por eso digo eso de que cada etapa tendrá que hacer su recorrido pero, siempre, siendo conscientes de que nuetsro poryecto educativo debe de tener un desarrollo conjunto con un Marco de Evaluación Procesual común.
«Debemos poner la mirada más en el proceso
y no tanto en el resultado»
Por ejemplo…
Sabemos que los procesos de aprendizaje de los niños/as no son lineales. Podemos analizar los resultados de tal o cual niño/a al finalizar un temario y ver la calificación que ha obtenido. Hay tendremos un resultado. Lo que proponemos, sin embargo, no es eso si no poner el foco en el proceso de aprendizaje. ¿Qué ha logrado el alumno/a en ese espacio de tiempo? ¿En qué y cómo le hemos ayudado?… Esto supondrá, a veces, revisar nuestros modelos de evaluación, consolidar algunas acciones que ya llevamos a cabo, y consensuar qué mejoras añadiremos a esa evaluación.
O sea que, el objetivo a cuatro años vista es el Marco de Evaluación Procesual.
Ahora sí. Cuando tengamos ese marco entraremos en metodologías, nos tendremos que formar y demás… Sé que parece evidente pero hemos dado con una pieza muy importante: QUÉ queremos enseñar. Y no me refiero únicamente al plano teórico, si no que lo estamos analizando en el día a día. Cuando tengamos bien claro el QUÉ, llegará el momento de hablar del CÓMO.
Al fin y al cabo, eso que llamamos innovación, para mi, se resume en el desarrollo dinámico del trabajo diario. Y en efecto, nuestras inquietudes son esas: cómo conseguir cumplir bien con nuestra tarea en la enseñanza cuando los ratios han subido tanto y en nuestras aulas tenemos tal diversidad. Cómo conseguir que la vivencia del niño/a sea motivadora, que nuca se apague esa llama de querer aprender que trae consigo… Cuáles son los mínimos o máximos que se pueden exigir cuando hablamos de respetar el ritmo de cada cual… Cuando tengamos claro todo eso, y no antes, será cuando sabremos si tenemos que echar tres tabiques o cinco, o cómo remodelaremos el espacio.
Otra línea que recoge el Plan Estratégico es la gestión integral del tiempo que discurre desde que el alumnado come y vuelve a entra en clase.
Así es. Y consideramos que ya hemos finalizado una fase. El curso anterior ofertamos varias actividades como prueba piloto. Una oferta que este curso hemos ampliado y completado. A día de hoy contamos con datos sobre la utilización de esos servicios que nos permitirán sacar conclusiones. Sabemos que no todas las franjas de edad hacen el mismo uso. Sabemos, también, que varía según la climatología, y que según avanza el curso, el alumando prefiere estar a su aire a participar en actividades.
Este servicio lo organizamos entre Berbaro, Ausolagun y la Ikastola, y ahora es el momento para tomar decisiones, con los datos en la mano. También tendremos que tener en cuenta el aspecto económico. De todos modos, yo tengo claro que el servicio no desaparecerá y que tiene su valor.
También proponéis darle un valor añadido a la apuesta que se hizo con el nuevo espacio de recreo.
Antes de transformar el espacio de recreo hubo un tiempo de reflexión y análisis. Es más, hemos estado en varios foros presentando el proyecto. Pero no podemos dejarlo ahí. Los proyectos son proyectos y la realidad siempre hace el efecto espejo. Visto lo visto, tenemos que analizar el espacio de recreo desde varios puntos de vista.
Para empezar las opciones que da para enriquecer nuestra tarea educativa: para la exploración y la observación del entorno, la educación física, el juego libre… Tenemos que crear, también, un foro donde nos reunamos todas las áreas relacionadas con el espacio de recreo: Convivencia, Departamenteo de Orientación, representantes de las tres etapas, Dirección, mantenimiento… Y es que el tercer punto tiene que ver con el mantenimiento del espacio: ¿cómo garantizamos que ese espacio esté siempre en condiciones, bien cuidado, e incluso implementado con elementos que ya aparecían en el proyecto inicial? Me parece que el Auzolan es imprescindible. Y cuando hablo de Auzolan no estoy pasando la pelota a las familias, hay entramos también el el alumunado y el profesorado.
La semana que viene avanzaremos los puntos principales del tercer reto del Plan Estratégico: «Organización interna: reconocimiento del equipo profesional y profundizar en la cohesión y coordinación interna».