Nos parece positivo que el plan de desescalada se siga diseñando desde aquí, y animamos a que así siga siendo en adelante, que las decisiones relativas a nuestro sistema educativo se sigan adoptando aquí. Pero también creemos que la vuelta de nuestro alumnado a las aulas es una decisión que el Gobierno Vasco debe trabajar con los agentes educativos y que debe tomarse con criterios propios.
Dicho esto, pensamos que el proceso de vuelta a las aulas debe realizarse dentro de unos criterios y reflexiones (¿Dónde y en qué etapa es más necesario? ¿Por qué? ¿Es posible hacerlo siguiendo las condiciones sanitarias? Después de dos meses de confinamiento, ahora ¿estos adolescentes tienen que volver a una habitación cerrada, manteniendo las distancias de seguridad, sin moverse de la mesa y llevando mascarillas? ¿Dónde queda el trabajo cooperativo?). Todo ello lo echamos de menos en la propuesta realizada por el Departamento de Educación. Si, tal como nosotros, ponemos al alumno en el centro de nuestra actividad, debemos tomar decisiones en consecuencia y, teniendo en cuenta también el veto por las condiciones sociosanitarias, clarificar y orientar las decisiones. «Que esto no se detenga» no puede ser el objetivo de este regreso.
Decir también que creemos que más que en función de los grupos, deberíamos tomar una decisión en función de la situación del alumnado. En las últimas semanas, cada vez hemos puesto más énfasis en que los alumnos y alumnas que viven en situaciones difíciles son los más perjudicados, por lo que la planificación de fin de curso debería centrarse en ellos y no en todos los alumnos y alumnas, tratando de corregir los desequilibrios que se han producido debido al confinamiento.
En cuanto a las medidas, nos parece adecuado que se haya limitado el número de cursos que tendrán que volver a las aulas, aunque en aras a garantizar la seguridad de los trabajadores y alumnos creemos que tenía que haber limitado algo más y el alumnado de 1o de Bachillerato y 1o de Formación Profesional no debería volver. Ello nos ayudaría a los centros a poder cumplir con las normas de seguridad que nos ha presentado hoy el Departamento de Educación de una manera más exhaustiva. Sí vemos el retorno del alumnado de 2o de Bachillerato, aunque tenemos dudas con la fecha, si el objetivo de estos alumnos y alumnas es, probablemente, realizar el examen de entrada a la universidad, pondríamos el foco en el momento de preparar esa prueba, no antes. ¿Qué objetivo se le marca al retorno también del alumnado de 4o de ESO? Para lo que queda de curso, ¿merece la pena este tipo de alteraciones?
En Educación Infantil se ha decidido que las aulas desde 2 a 6 años no vayan a abrirse en ningún caso y consideremos que igual criterio debería seguirse con las aulas de 0 y 1 años, máxime si tenemos en cuenta que en numerosos centros escolares comparten espacio con el resto de cursos. Entendemos que en estos dos cursos, al igual que en el resto de los cursos de Educación Infantil, no se pueden garantizar las medidas de seguridad necesarias y considerar que no deberían abrirse en ningún caso.
Respecto al suministro de material preventivo a los centros educativos para poder garantizar la salud de los trabajadores y alumnos, consideramos que el Departamento tiene que proveer al conjunto de centros educativos y no limitarse a los centros públicos. Estamos ante una cuestión de salud general y el Departamento tendría que garantizar que todos los centros educativos van a disponer de los mismos con independencia de su titularidad.
En relación al transporte escolar y siendo conscientes de que en este ámbito se tiene que respetar la regulación general del transporte, consideramos que tienen que explorarse posibilidades para solucionar el acceso a los centros educativos que están fuera del ámbito urbano.
La vuelta de nuestro alumnado a las aulas es una decisión que el Gobierno Vasco debe trabajar con los agentes educativos y que debe adoptarse en base a criterios propios. La reunión de hoy ha servido para que podemos analizar entre todos la previsión de desescalada de nuestro sistema educativo que hace el Departamento de Educación y realizar un primer contraste al respecto.
Pero no puede quedarse ahí; todavía existen cuestiones que necesitan una mayor concreción y detalle y, además, seguro que surgirán nuevas dudas en adelante. En este proceso, que será liderado por el Departamento de Educación, se debe garantizar la participación y la actitud constructiva de los agentes educativos. Las funciones de los miembros de esta reunión serían realizar aportaciones, encontrar soluciones consensuadas y ampliarlas. La comunidad de ikastolas está dispuesta a ello, como siempre.
Utilicemos la experiencia de lo vivido en estos últimos meses para abrir una reflexión entre los agentes educativos respecto a nuestro sistema educativo y pongamos las bases para poder transformarlo y hacerlo más comunitario.