Artistas al tren

La ikastola quiere tener acondicionado el interior del tren para el próximo curso escolar. Este año se ha dado prioridad al espacio abierto pero cuando se hizo el estudio para la transformación del espacio de recreo se vió que los jóvenes pedían espacios para estar y charlar en tranquilidad. La idea es poner mesas en el interior para que los jóvenes tengan un txoko donde hablar, leer o jugar a juegos de mesa. De momento, cuatro graffiteros se han puesto manos  a la obra para pintar el exterior.

Una nota en la ventana del tren

En los meses posteriores a la colocación del tren en la ikastola, después de cada fin de semana, el tren aparecía decorado con diferentes graffitis (no todos de buen gusto). Debido a ello, la ikastola puso unas notas en las ventanas del tren en las que llamaba a ponerse en contacto con ella en el caso de que alguien estuviera dispuesto/a a decorar el tren con gusto y al completo. La respuesta no tardó en llegar. La ikastola estaba dispuesta a poner el material y ellos demostraron ganas de ponerse a la tarea. Se pactó que un lado del tren seguiría un diseño acordado y el otro lado quedaría en manos de su creatividad.

Esperando a que dejara de llover

El boceto ya estaba preparado para Semana Santa pero como se preveían unos cuatro días de trabajo y la primavera no daba tregua, no llegaba el día en el que se pudieran poner manos a la obra. Al final ha sido en esta última semana del curso escolar cuando los botes de spray han empezado a expulsar color. Son cuatro los artistas que han venido y están asombrados de cómo los niños y niñas respetan su trabajo y no les da por coger los botes de spray y dejar su firma.

Durango-Madrid-Durango

Lo cierto es que la nota en la ventana del tren ha hecho su recorrido. Vienen de Madrid y Nacho es uno de ellos. Comenta que se mueven por toda la península, normalmente haciendo murales, pero también intervienen en colegios. Para Nacho pintar un tren no significa nada en especial, «Es una superficie más», dice. Para su compañero Edu, sin embargo, pintar un tren sí que tiene su cosa. Deja claro que ellos no son de los que suelen pintar trenes en uso, que no es lo suyo, «por eso, poder pintar un tren, con tranquilidad, mola».

Cuestionados sobre si creen que se respetará su trabajo, responden que esperan que sí. Es lo que nosotros/as también deseamos.