El martes (15 de junio) cogimos las mochilas, bien cargadas de agua, y pusimos rumbo a Sanandres por cuestas bastante empinadas. Una vez arriba, protegidos por las sombra de los árboles, tuvimos la ocasión de disfrutar de la naturaleza y de los/as amigos/as.
Después de divertirnos un poco y comer, volvimos a la ikastola para el mediodía. Menos mal que la vuelta era cuesta abajo porque casi nos derritimos del calor. Tambien encontramos nuestras aulas bien fresquitas, así que volvimos a jugar mientras esperábamos que llegaran las familias a recogernos.
Fue una bonita manera de despedir el curso. El año que viene lo volveremos a repetir porque es una buena manera de disfrutar de la amistad y de la naturaleza.