Leire Vargas Nieto (Durango, 2002) es antigua alumna de la ikastola. Hace tres años salió de Kurutziaga, y a día de hoy hace idas y venidas a Gasteiz, donde estudia Traducción. También es miembro de la Bertso Eskola de Durangaldea. Pero las semillas, de poesía y verso plantadas en la ESO, han empezado a dar sus primeros frutos. Y es que, en los Premios Ciudad de Irun han premiado la álbum de poemas de Vargas Dena ametsa den irudipena. Hemos hablado con exalumna recién premiados, con poemas y versos.
Este premio no se consigue todos los días. Cuando la organización se puso en contacto contigo, ¿qué sentiste?
Pues en primer lugar me quedé sin poder creérmelo y necesité un tiempo para ir asimilando lo ocurrido. He ido por partes, de momento me he acostumbrado a recibir felicitaciones… Pero la parte más pesada, por lo menos para mí, todavía me cuesta creer: lo que yo he escrito se ha escapado entre los dedos y estará ahí fuera, en el papel, vivo, en un ámbito público.
Porque aunque todavía faltan meses, tu trabajo saldrá a luz.
He publicado obras sueltas antes, pero esto es más largo y completo, y es una obra que tiene mucho de lo que soy, creo que será más desnuda que nunca. Diría que eso es algo que no voy a empezar a interiorizar hasta que lo vea en el papel, en alguna librería o en manos de otro. Me siento como si fuera un descubrimiento: aquí estaba desde antes, también este trabajo y muchos más, pero ocultados por un telón o una tapa. Y la gente ahora lo tiene a la vista. En este sentido, estoy con ganas de ver la reacción de la gente cuando se publique el trabajo, por si hubiera algún tipo de percepción, pero la crítica me da respeto, claro.
El trabajo atraviesa por el conflicto generado por la distancia entre deseo y realidad
En los periódicos has dicho que colocas el trabajo en la “transición de la juventud a la vida adulta”. ¿Qué recoge el poemario?
Es difícil explicar lo que muestra la colección, porque para mí la poesía es una vía para expresar aquello que no tengo otra forma de hacerlo. Lo vivo como una materialización de sentimientos y sensaciones profundamente arraigados en nosotros o encendidos de repente. Tiene, por tanto, la capacidad de dar lugar a sentimientos que no pueden explicarse directamente.
Sin embargo, para responder a la pregunta, el trabajo atraviesa por el conflicto generado por la distancia entre deseo y realidad, y una toma de conciencia sobre las propias contradicciones: el deseo y la imposibilidad de introducirnos en el orden que nos impone la sociedad; la sombra de la inseguridad ante las tensiones con los cánones estéticos y, al mismo tiempo, el deseo de huir de todo ello por la ideología, sabiendo el trabajo que supone la deconstrucción de la influencia de la educación en nosotros/as y su reparación, tanto para bien como para mal.
El libro lo he dividido en tres apartados: el primero recoge los vividos en mi cuerpo y en mi relación conmigo misma y con mi imagen; el segundo guarda una crítica a la sociedad, sin exageraciones, y sacando cuentas a los mecanismos que nos han hecho quienes somos. El tercero, por su parte, muestra las experiencias vividas en la relación con los demás, los conflictos y las lecciones que de ellos se derivan.
¿También escribías poemas en la época de la ikastola? ¿Aparece en el trabajo algún poema de aquella época?
No aparece ningún poema de los años de la ikastola en el álbum, pero en la época de la ESO ya comencé a escribir poesía, aunque no sé si a lo de entonces podría llamarse “poema”, pero estaban divididos en estrofas y pienso que la intención, básicamente, estaba cerca de lo que hoy se utiliza en la escritura de poesía. En un principio, el ejercicio era mucho más inconsciente. En la escuela tuvimos un proyecto que nos llevó a jugar con la poesía. Luego vino una toma de conciencia de lo que estaba haciendo, la decisión de escribir en euskara, y quería buscar algunas reflexiones sobre la dirección artística.
Los mecanismos que me activan en la mente al hacer versos y escribir poesía son totalmente diferentes
Te gusta la literatura, pero también eres activa en los versos, en la Bertso Eskola de Durangaldea. Tienes tiempo para la creatividad. ¿Qué tal en los versos?
El bertsolarismo es una actividad de altibajos. Es mucho lo que no está en nuestras manos, tanto en el ejercicio de los versos como en los mecanismos de la plaza. Diría que la plaza funciona por temporadas, por modas, y más en lo que a las mujeres se refiere. Es duro para las que tenemos pocas oportunidades, a menudo te puede arrebatar el valor, porque es muy posible que en una época en la que tú estás motivada no puedas demostrarlo, o que el día de salir a la plaza no salga como quieras.
Pero intento encontrar caminos para vivir en las formas en las que el verso funciona para mí, protegerme en los espacios en los que me siento cómoda dentro del bertsolarismo. Y de momento no siento la necesidad de salir de ahí en la actuación de versos, no me exigo a mí misma hacer algo que sea aceptado y aplaudido por una mayoría del mundo de los versos. Eso facilita en parte las cosas.
Hay diferencias entre los versos improvisados y los poemas. ¿Encuentras semejanzas?
No sé, los mecanismos que se me activan en la mente a la hora de hacer versos y escribir poesía son totalmente diferentes, lo dice también mas gente de la poesía y los versos. Para empezar, yo mismo escribo poesía de una manera bastante precisa y rígida, casi siempre a mano, en cuadernos o en papeles sueltos. Además, a pesar de que la escritura me sale de forma bastante automática a partir de una idea bastante desarrollada en la mente, puedo estar buscando durante un minuto o más una palabra adecuada, acorde con el significado o que favorezca el ritmo o la estética. Y la corrección posterior tiene tanta importancia como la escritura.
En los versos, en los improvisados, es imprescindible ser rápido, la práctica y el entrenamiento. El bertsolarismo y la poesía, en sí mismos, tienen pocas similitudes. Pero lo que sí creo es que en el verso de quien tiene una estrecha relación con la poesía a menudo se nota esa relación. En el uso del lenguaje, en las elecciones y en la riqueza, en la tendencia a utilizar imágenes y metáforas… Es más culto, a diferencia de lo que puede ser el bertsolarismo cercano al lenguaje tradicional.