El equipo que diseñó la sonda meteorológica «Txotxe»

Beñat Igarza, Xabier Goiri, Paul Alberdi, June Azkarate, Ander Rubio y Aritz Corpión son los alumnos/as de 4º de ESO que han participado en el proyecto de la sonda meteorológica “Txotxe”. Eligieron física en la casilla de optativas y ha sido esa curiosidad por la materia la que les ha llevado a involucrarse en la aventura de la sonda meteorológica. Un proyecto que han desarrollado en horario extraescolar y que ha llegado hasta la estratosfera.

¿Cuándo empezasteis a trabajar en el proyecto de la sonda?

Después de Navidades. Al principio le dedicábamos una hora a la semana. Es cierto que al principio fue un poco duro porque era mucha teoría. Lo bonito empezó cuando comenzamos a construir la sonda. Estas últimas semanas le hemos dedicado dos horas semanales después de comer.

¿Qué transportaba la sonda en su interior?

La sonda lleva en su interior un GPS APR de telemetría para hacer su seguimiento y un Datalogger para la medición de la presión, la temperatura y la humedad, más tres cámaras para captar imágenes.

No estabais solos en esa tarea.

No. Los profesores Eider Gotxi y Dorkaitz Basarte han sido los que han guiado el proyecto en todo momento. También han participado Unai Mendez (informático de Kurutziaga) y Alberto Díez (radioaficionado).

Después de tantas horas de trabajo, ¿cómo fue el momento de lanzar la sonda?

Nos llevó más tiempo de lo esperado. Queríamos hacerlo a las 11:00 horas pero nos dieron las 14:00, ya que llenar el globo de helio nos llevó tres horas. Las condiciones climatológicas eran buenas pero nos preocupaba el hecho de que al despegar se atascara en algún árbol. Lo cierto es que libró por poco el árbol que esta en las gradas del antiguo campo de futbito.

Estabais preparados para seguir en todo momento el vuelo de la sonda.

Sí. Una vez llegó a los 500 metros de altura, el GPS nos enviaba datos que seguíamos en una aplicación que teníamos en los móviles. Nuestros cálculos nos decían que el globo alcanzaría unos 31.000 metros de altura pero llegó a los 34.950, seguramente, porque le metimos menos helio de lo que calculamos al principio.

El globo asciende asta casi 35.000 metros y… ¡Explota!

Así es. Y ahí es donde llegamos al punto que más nos preocupaba: cómo funcionaría el paracaídas en su apertura. Hicimos alguna que otra prueba en la ikastola pero nada que se correspondiera a las condiciones en las que se abriría después. La sonda empezó a perder altura de una manera espectacular hasta que se estabilizó y nos tranquilizamos.

La sonda aterrizó en el barrio Marin de Eskoriatza después de más de dos horas y media de vuelo.

Habíamos hecho varias simulaciones para calcular dónde podría aterrizar pero, al final, todo queda en manos de las condiciones climatológicas del momento. Tal es así que la sonda estaba asegurada porque podía aterrizar en cualquier lugar.

Recuperar la sonda, además en buenas condiciones, supondría una gran alegría, ¿no?

Sí. Todo fue incluso mejor de lo imaginado. Ha sido una experiencia muy positiva. El año que viene nosotros/as no estaremos en Kurutziaga pero animamos a todo el mundo, si la experiencia se repite, a participar en ella. Nosotros/as estamos dispuestos a ayudar en lo que sea. Ojalá en Ibaizabal tengamos algún proyecto parecido.

Vídeo realizado con las capturas fotográficas hechas por las cámaras de la sonda «Txotxe» en su vuelo a la estratosfera: