Joseba Balerdi es médico. Padre de la ikastola, fue presidente de la misma entre el 2014 y el 2018. Actualmente trabaja como médico de familia en Ondarroa y participa como asesor en el grupo COVID-19 de la ikastola.
Estás en el grupo COVID-19 de Kurutziaga. ¿Puedes explicarnos cuáles son sus funciones?
El Departamento de Educación del Gobierno Vasco ha definido un protocolo que, como todos los protocolos, no puede prever todas las casuísticas. La junta rectora decidió crear un grupo para manejar esta casuística. Al fin y al cabo, nuestra tarea es responder a las preguntas que surgen en el día a día de la ikastola y no se recogen en un protocolo general.
¿Tenemos unas funciones limitadas? Pues sí, porque, sobre el virus, realmente, lo único que sabemos es su estructura genética, y a partir de ahí, poco más. ¿A qué nos lleva eso? A actuar con prudencia. Ante lo desconocido hay que aplicar el principio de prudencia.
«Es imprescindible tomar ciertas medidas. Una de ellas es el uso de las máscaras»
El uso de máscaras y otras medidas de seguridad sanitaria han suscitado debate en el entorno educativo.
La situación es complicada y, tomemos las medidas que tomemos, serán insuficientes. Burbujas grupales, máscaras, lavarse las manos… No se trata de ponerse hiperdogmático, pero es imprescindible tomar ciertas medidas. Una de ellas es el uso de las máscaras. No nos gusta a nadie, pero es una medida necesaria.
Luego, hay otra historia…
¿Cuál es esa otra historia?
Pues que me sorprende que, en este pueblo donde nos gusta tanto la polémica, se haya aceptado, tan unánimemente, volver a la educación presencial. Diría que lo han apoyado todos los agentes, y creo que quizás sería mejor tener menos horas de lectivas presenciales y hacer otro seguimiento en casa. Sería más correcto desde el aspecto sanitario. Para los niños y niñas, probablemente, también sería mejor. Sin embargo, es ahí donde se complica la cosa para las familias. En fin, que ahí entran otras cuestiones.
Por otra parte, creo que a lo realizado en ese periodo de marzo a junio no se le ha dado el valor suficiente. El alumnado hizo un esfuerzo tremendo. También las familias y, qué decir, los y las profesoras. Deberíamos aprovechar más lo aprendido durante ese periodo
¡Ah! Y tengo otra pregunta.
Seguro que nos interesa.
En realidad, es más una preocupación que una pregunta. Durante el confinamiento se habló de adaptar el curriculum, pero ahora no oigo nada al respecto. A lo mejor soy yo quien no está atento, pero realmente me sorprende. Es decir, estamos en una situación anormal y no podemos actuar como si no sucediera nada. Me parece que los objetivos curriculares deberían adaptarse a esta situación anormal.
«Me parece que los objetivos curriculares deberían adaptarse a esta situación anormal.»
Más directamente relacionado con tu profesión de médico de familia, ¿cómo ha cambiado el panorama en los centros de salud desde marzo hasta hoy?
Seguramente el panorama es parecido, pero entonces teníamos menos información. Al principio nos faltaban medios. Hay que decir que nuestras autoridades decidieron no respetar los criterios de la OMS (Organización Mundial de la Salud), probablemente por falta de recursos. Por lo tanto, nosotros, enviábamos los casos más graves al hospital. Supongamos que veinte de cada cien que diagnosticábamos, morían. Eso nos dejaba una foto fija muy cruda. El caso es que entonces no se hacían los tests y no sabíamos que, detrás de esos cien, también había otros mil positivos. Ahora sí lo sabemos.
Y no olvidemos que al principio se decía que era una enfermedad de vías respiratorias. Ahora cada vez se ve más claro que no es sólo eso. Seguramente, dentro de diez años nos sorprenderemos de lo poco que sabíamos de este virus.
«Los humanos siempre pensamos que nosotros estamos en lo más alto de la evolución. Pues no. Por encima del ser humano están los virus»
¿Es posible sacar algún mensaje positivo?
Sí, diría que el sentimiento de comunidad se ha fortalecido. Se pone el foco en las conductas insolidarias, pero creo que somos más conscientes de que no es solo uno mismo, sino que cuando nos protegemos mutuamente también nos protegemos a nosotros mismos. También ha quedado muy patente la indispensabilidad de los servicios públicos. Esa semilla ya está en nuestras mentalidades, otra cosa es cuándo y cuánto crecerá.
Y otro aspecto, no sé si tan positivo, pero sí importante: que este virus nos ha puesto los pies en el suelo. Leí a un biólogo que los humanos siempre pensamos que nosotros estamos en lo más alto de la evolución. Pues no. Por encima del ser humano están los virus. No lo olvidemos.