Hace una semana iniciábamos nuestra valoración del plan de educación del Gobierno Vasco manifestando que considerábamos oportuno que las decisiones sobre nuestro sistema educativo no se tomasen en Madrid y París. Ahora, tras analizar la parte referida al ámbito educativo del Plan de desconfinamiento presentado por el jefe de gobierno español, tenemos que pedir al Gobierno Vasco que, en coherencia con el ejercicio de autogobierno que orientó la redacción del plan, se continúen adoptando aquí las decisiones referidas a nuestro sistema educativo, en este caso, las referidas al fin del presente curso.
La vuelta de nuestros alumnos a las aulas es una decisión que los Gobiernos Vasco y Navarro tienen que tratar con los agentes educativos y adoptar en base a criterios propios, definiendo cuáles serán los cursos que volverán, en qué orden de vuelta y con qué objetivos.
No podemos pasar de la noche a la mañana de estar planificando cómo será la vuelta de los alumnos de 4º de ESO y Bachillerato y cuáles serán las medidas de seguridad a adoptar con este alumnado, a tener que hacerlo con el alumnado de 0-6 años. Máxime cuando la Consejera de Educación no hace una semana dejó fuera del retorno a la actividad docente presencial a los alumnos más pequeños, caso de Infantil y Primaria y la propia Ministra de Educación había prácticamente descartado esta opción.
Ahora estamos hablando del curso escolar, de cómo finalizarlo. Y de hecho nos parecería positivo que el alumnado pudiera despedir el curso el curso (tanto ciclo como etapa junto a sus compañeros y compañeras y profesores y profesoras de manera presencial a finales de junio, como siempre, dando importancia, como en cualquier ciclo de la vida, a su final y a la despedida, con todas las garantías sanitarias, pero dando prioridad al aspecto emocional y humano. Pero volver en una fecha tan temprana, el 25 de mayo, y no el conjunto del alumnado, no nos parece adecuado, máxime cuando esa vuelta no se relaciona con el proceso educativo.
Nos parece, eso sí, adecuado que, tal y como preveían nuestras administraciones, exista un refuerzo educativo para el alumnado que, por cualquier circunstancia, no haya podido hacer un seguimiento normal del proceso educativo. Esto requiere, sin embargo, criterios claros y también recursos. Las ikastolas nos pondremos a trabajar en ello, de una manera reflexiva y coordinada.
El derecho fundamental a la educación es el limite a la actuación del Gobierno Vasco a la hora de decidir cuándo vuelve el alumnado a las clases, y en este caso, vista la propuesta del Estado Español, que plantea una vuelta prematura desligada del proceso educativo ordinario, nos parece evidente que el Gobierno Vasco está plenamente legitimado para tratar este tema con los agentes educativos y decidir tanto el calendario como los objetivos de esta vuelta. Pedimos a los gobiernos de Navarra y la CAV que para precisar la vuelta del alumnado a clase (tanto en junio como en septiembre) conformen sendas mesas con los agentes educativos. Juntémonos todos los agentes educativos, ya que tenemos mucho que hablar, más allá del final de curso.