«A partir de ahora ya no se hablará de ikastolas». Así lo dijo el entonces consejero de Educación del Gobierno Vasco en 1993, cuando se aprobó la Ley de Educación Pública. Todavía están clavadas estas palabras entre muchos de los miembros que formamos el movimiento de las ikastolas. A pesar de que todavía nos causan dolor las cicatrices que dejó aquel proceso cuyo fin era romper nuestro movimiento y que supuso la publificación de muchas ikastolas, nos sentimos orgullosos de la decisión que tomamos entonces de mantener para el pueblo los proyectos educativos creados desde y para el mismo. Todavía, cíclicamente, vienen a echar sal a nuestras heridas las voces que proclaman que el proceso de demolición inacabado de nuestro proyecto debe llevarse a cabo hasta el final.
Las últimas han sido la de los agentes de la plataforma Euskal Eskola Publikoaz Harro. Han pedido al actual Gobierno Vasco que inicie un nuevo proceso de publificación. Esta petición no nos ha sorprendido por parte de algunos de los agentes firmantes del manifiesto. Por parte de otros, sí, porque individualmente hacen un planteamiento distinto. Además, mencionan la publificación como si fuera una receta mágica, ya que, según dicen, a través de ella, y sólo a través de ella, se conseguirá implantar el sistema de inmersión, acabar con la segregación y resolver todas las carencias del sistema educativo.
«Con una visión a nivel de Euskal Herria, a través de un modelo educativo propio, desde el euskera y en euskera, con el Euskal Curriculuma como eje, y con la mirada puesta en el futuro»
Pero las ikastolas no estamos dispuestas a dejar en manos de ninguna administración los proyectos educativos creados y desarrollados por la ciudadanía desde y para el pueblo. Insistimos: estamos orgullosos de la decisión que tomamos. Tras la aprobación de aquella Ley de Educación (1993), obsoleta antes de nacer, hemos recorrido un camino propio y hemos formado un grupo sólido en toda Euskal Herria: somos 111 ikastolas, tenemos más de 57.000 alumnos, miles de familias y 6.000 profesores y trabajadores no docentes. Desde nuestro carácter cooperativo, trabajamos en equipo y para el grupo: aprendiendo conjuntamente, y llevando proyectos entre todos. Con una visión a nivel de Euskal Herria, a través de un modelo educativo propio, desde el euskera y en euskera, con el Euskal Curriculuma como eje, y con la mirada puesta en el futuro.
«Institucionalmente, también, estamos cada vez más consolidados mediante la Sociedad Cooperativa Europea que constituimos en 2009, y a través de la Caja de Solidaridad, año tras año más eficaz, hemos podido llevar adelante multitud de proyectos»
Institucionalmente, también, estamos cada vez más consolidados mediante la Sociedad Cooperativa Europea que constituimos en 2009, y a través de la Caja de Solidaridad, año tras año más eficaz, hemos podido llevar adelante multitud de proyectos. Colaboramos con asociaciones y agentes locales de toda Euskal Herria y de todos los ámbitos, no estamos mirándonos al ombligo, por ellos apoyamos la tercera vía, la iniciativa popular, el auzolan, impulsamos la intercooperación y nos implicamos en proyectos, en muchos proyectos que van más allá del ámbito educativo.
Pedagógicamente en los últimos años hemos dado un gran salto, estamos transformando la educación. Al igual que la pedagogía, nuestro sistema educativo también tiene que transformarse y hace tiempo que estamos insistiendo en esta necesidad. Si hemos llegado a una conclusión clara de esta época de pandemia, es que sin un cambio radical nuestro sistema va a quebrar. En estos momentos tenemos una oportunidad para que se produzca esta transformación, de manos de una nueva Ley de Educación para Araba, Bizkaia y Gipuzkoa. Durante años venimos reivindicando una nueva ley para todo el sistema educativo en el camino de la construcción de un sistema educativo propio, y aunque no abarque a todo el país, deseamos que se ponga en marcha.
Queremos un sistema educativo propio, con una nueva definición de lo público en la que también tenga cabida la iniciativa popular, y lo queremos verlo reflejado en la ley. Pero todo esto lo vemos como resultado de un debate que se tiene que desarrollar aquí. Un debate amplio y profundo, realizado entre todos los agentes educativos, incluso con quienes quieren derribar nuestro movimiento.