Alaitz Biritxinaga Abadiano, sobre la presencia de la mujer en el ciclismo: «Aunque no seamos pocas, necesitamos más mujeres en la carretera»

En un bar al borde de la carretera de Atxondo, hablando de carretera. Alaitz Biritxinaga Abadiano es madre en Kurutziaga, y tiene el ciclismo en vena. El último cuarto de siglo lo ha hecho como jueza de carrera, pero le ha llegado el momento de vivir lo que ella tilda de «sueño»: será la directora de carrera la Itzulia Women. En la primera edición de la carrera, que ha ocupado lugar de Emakumeen Bira, la primera mujer como directora. Desde el viernes hasta el domingo se disputarán tres etapas.

¿Cómo van los días previos a la carrera?

Más que con nerviosismo, tengo esa cosa que me inspira ese punto de incertidumbre. De hecho, tengo que hacer un trabajo que no he hecho en ningún momento. Con los nervios de a ver qué va a pasar. Por lo demás, estoy bien.

¿Cómo recibiste la oferta de ser directora? ¿Cómo se ha llevado a cabo todo?

Me llamó Julián Eraso (director de la Itzulia masculina) un día, si no recuerdo mal una semana o unos días antes del comienzo de la ronda masculina. Como también había trabajado en aquella carrera, cuando vi la llamada pensaba que sólo iba a ser para comentar algo sobre aquella carrera. Y cuando empezamos a hablar, me dijo que me tenía que tender una emboscada. Pensé que iba a ser alguna novedad y me dio una sorpresa: “Vas a ser la directora de la carrera femenina”. Me quedé completamente sorprendida.

Para tí habrá sido una sorpresa satisfactoria.

Así fue, sí. Lo único que pensé en el momento fue el “World Tour” (así se llama el máximo nivel). Para mí es un sueño, después de 26 años trabajando en este mundo ser la directora de una carrera World Tour. ¿Quién diría que no a esa oferta?

¿Estás notando la presión de ser directora?

No siento nada de eso. En la ronda masculina vi cómo funciona. Tengo clara cuál es mi misión: que la carrera vaya limpia por delante.

¿Qué es, al menos hasta ahora, lo bueno y lo malo que te ha supuesto ser directora?

Lo bueno han sido las felicitaciones de la gente. Ahí te das cuenta de que la gente te valora. Y malo… no tiene nada de malo… de momento [risas].

¿Qué objetivos te has marcado para la carrera?

Lo único que quiero es que la carrera vaya limpia. No quiero que nadie estorbe.

Vienes siendo jueza de carreras durante 26 años.

Eso es. En el Itzulia masculino no, en Itzulia he estado dirigiendo jueces/juezas, gestionando acreditaciones y de alguna manera haciendo de directora de ellos/as.

¿Qué diferencias ves entre ambos trabajos?

No sé decirlo con exactitud todavía, pero ser directora en una carrera supone una responsabilidad y un peso enorme, porque tú eres la que conduce esa carrera y tienes que garantizar que todo vaya bien.

Te has convertido en la primera mujer directora de la Itzulia. ¿Qué supone para ti eso?

Supone un montón. Tanto en el trabajo de oficina como en la carretera estamos trabajando muchas mujeres. Y aunque todavía faltan avances, hace 26 años estábamos peor. Siento que me han dado este premio por el aprecio que me tienen.

¿Hasta qué punto ha cambiado la presencia de mujeres desde hace un cuarto de siglo hasta hoy?

Cuando yo entré sólo había unas pocas carreras en Euskal Herria: la Emakumeen Bira que se hacía en Iurreta, la Durango-Durango, y alguna que se hacía en Nafarroa. Ahora, en cambio, hay un calendario, las carreras que organiza la federación…

¿Tienes la sensación de que las mujeres están cobrando protagonismo? Lo digo tanto en la organización como en la carretera.

En el Giro masculino que está en juego, por ejemplo, hay una mujer directora, Rosella Bonfanti. Llama la atención que en la Itzulia Women también haya una mujer como directora. Es cierto que en los trabajos de todo el año cada vez hay más mujeres. Pero necesitamos más en la carretera, aunque no somos pocas.

De cara a la carrera: ¿qué carrera esperáis?

La etapa de Donostia va a ser muy dura. El año pasado fuimos a ver el recorrido y es un recorrido muy complicado. Tendremos una carrera de alto nivel, con corredoras de alto nivel.

Viniendo a la etapa de Mallabia, tiene un protagonista clave: Karabieta.

Sí, si no se rompe antes la carrera. Montecalvo, el balcón de Bizkaia… En el camino hay muchas subidas.

El final tampoco es flojo.

Desde luego que no. No acabará en el mismo lugar donde terminaron la carrera de los chicos, sino más abajo. Esperamos que el tiempo nos ayude.

¿Cuál será el rol del Bizkaia-Durango?

Pelearán más que nadie. La victoria está cara, pero intentarán ser protagonistas.

¿Cambia mucho vuestro trabajo con la lluvia?

Aumentan las posibilidades de perder el control, es más difícil saber cómo va la carrera. Además, aumentan las caídas y los coches tienen que ir hacia adelante y hacia atrás. Yo siempre digo: nunca pasa nada, pero si pasa algún día…

En Kurutziaga ha habido afición al ciclismo. ¿Cómo está la cantera en Durangaldea?

El ciclismo es muy duro, hay que dedicarle mucho tiempo y mucha dedicación. Y los/as jóvenes de hoy pueden dedicárselo al principio, por ejemplo mis dos hijos andan. Pero a una edad más avanzada, es difícil progresar por culpa de la necesidad y la imposibilidad de dedicárselo.