Koldo Tellitu es el presidente de Euskal Herriko Ikastolak. Lleva unas semanas de ikastola en ikastola presentando el proceso que culminará con la VII Asamblea e las ikastolas. La pasada seman estuvo en Kurutziaga para compartir la la reflexión realizada desde la asociación y recabar las preocupaciones de las ikastolas de la comarca.
Desde Ikastolen Elkartea estáis trabajando en las previas de la VII. Asamblea. ¿Cómo va el proceso?
En junio se cumplirán once años desde la anterior asamblea. Nos parece que es el momento idóneo para parar y reflexionar ya que durante estos once años nuestra sociedad ha cambiado en muchos aspectos. A su vez, también han cambiado las exigencias para con los centros educativos, de modo que es hora de levantar un poco la vista y pensar en lo que las Ikastolas debemos ofrecer a esta sociedad.
«Hemos invertido el proceso habitual y, ante todo, queremos pasar por las ikastolas y escuchar»
¿Tenéis en mente una fecha concreta para la VII asamblea?
Sí que barajamos unos tiempos, pero son variables. Hemos invertido el proceso habitual y, ante todo, queremos pasar por las ikastolas y escuchar. Escuchar sus preocupacions, saber de sus prioridades… Tomaremos el tiempo necesario para hacer esta primera fase como es debido y, después, ya le pondremos una fecha a la asamblea.
De todos modos, desde Ikastolen Elkartea habrá una lectura general de la situación en la que nos encontramos.
Nosotros hacemos un descargo de valoración de los últimos diez años y tenemos una radiografía del momento. También intuímos cuáles son los retos del futuro, pero, primero, queremos contrastar y compartir nuestra lectura con todas las ikastolas y recabar sus aportaciones.
«(euskera) No nos gusta dar titulares pero nuestra lectura es que la alarma roja esta encendida»
¿Cuáles son esos retos de futuro?
Uno de ellos es la situación del euskera. No nos gusta dar titulares pero nuestra lectura es que la alarma roja esta encendida. A menudo se dice que el proceso de euskaldunización de la educación va siempre en aumento, pero eso no es del todo cierto. Hace diez años ya vimos que entrábamos en una fase de meseta y con los datos de los dos últimos años, podemos afirmar que la situación a empeorado.
¿Han empeorado los datos de conocimiento del euskara?
Eso es lo que indica el último diagnóstico de evaluación. Y ya no hablamos del uso del euskara si no del conocimiento. Los datos son preocupantes. En las redes que nos son ikastolas la diferencia entre el modelo D y el B, es mínima. Y en lo que nos atañe a las ikastolas los datos tampoco son nada buenos. Resumiendo, la situación es grave y hay que tomarla en serio.
También el descenso de tasa de natalidad incide de lleno en el mundo educativo.
Incide, entre otras cosas, porque muchos proyectos educativos se tambalean. Además se da el caso de que a la vez que desciende la tasa de natalidad, es mayor el número del alumnado que proviene del extranjero. Esto nos pone ante una imagen cambiante de nuestras aulas. La mayoría de estos/as nuevos/as alumnos/as no tienen nociones del euskara o de nuestra cultura, lo que nos lleva a plantearnos nuevas estrategias.
¿Las ikastolas están trabajando en nuevas estrategias?
Estamos con varios proyectos. Uno de ellos, llamado Elaire y relacionado con el conociemiento del euskera, lo presentamos en el gobierno Vasco. No es un proyecto que nos atañe solo a las ikastolas, si no que que engloba a instituciones y agentes educativos. Nuestra idea era poner en marcha este proyecto este mismo curso escolar pero no ha avanzado por problemas administrativos.
Cuéntanos un poco más sobre el proyecto Elaire.
Elaire implica a ayuntamientos y a centros educativos de todas las redes. Una de las condiciones para aplicar este proyecto es que en el pueblo haya escuelas de las tres redes (pública, Ikastolas y Kristau Eskolak) y que todas trabajen conjuntamente. También implicamos a varios euskalteguis. ¿El objetivo? Que los y las alumnas recién llegadas puedan aprender euskara dentro de horas lectivas para que así su inmersión en el aula resulte más fácil. Trabajando las tres redes conjuntamente también se conseguría que la gente se conozca y se establezcan relaciones. En Cataluña se han llevado a cabo experiencias de este tipo y los resultados han sido satisfactorios.
» Habrá que buscar nuevas vías para fomentar esa participación, para que la gente lo haga desde la motivación, incluso desde su ámbito profesional o de conocimientos»
Otro tema que está presente en las ikastolas es el de la participación activa de las familias. Suponemos que es un tema que habéis corroborado en vuestras visitas.
Es un tema que nos ocupa y nos preocupa. Esa participación es algo fundamental en la identidad de las ikastolas. También somos conscientes de que la sociedad ha cambido mucho en ese sentido y que no es algo que nos sucede solo a las ikastolas. ¿Qué hacer? Habrá que buscar nuevas vías para fomentar esa participación, para que la gente lo haga desde la motivación, incluso desde su ámbito profesional o de conocimientos. Hay que prrofundizar en ello porque la participación activa tiene que seguir siendo parte de nuestro ADN.
Has comentado que la sociedad ha cambiado mucho y, por ello, habrá temas importantes entre los retos de futuro que hace diez años no tenían presencia.
Sin duda. La coeducación es uno de ellos. Afortunadamente estamos mucho más concienciados que hace diez años. O, temas como el acoso escolar que ahora no solo vemos si no que respondemos de una manera mucho más eficaz. El cambio climático, aunque siempre hemos estado dentro de la Agenda 21, no se puede obviar que ahora ha adquirido otra relevancia.
«Somos una cooperativa y tenemos esa autonomía. Y no solo la tenemos, si no que la utilizamos.»
A menudo recalcamos el la identidad cooperativa de las ikastolas. ¿Se ha reflexionado sobre este tema?
Por supuesto. Y unido a ello recalcaría el concepto de la intercooperación. Me parece que no somos conscientes de la influencia que tenemos, o podemos llegar a tener en la economía de nuestro entorno. Por poner un ejemplo: el comedor de la ikastola. Dónde y qué compramos no son decisiones baladíes. De ello dependerá si influímos más o menos en nuestro entorno. Otro tanto a la hora de contratar energía. Ahí encaja, por ejemplo, el acuerdo que hemos firmado con la cooperativa Goiener.
Somos una cooperativa y tenemos esa autonomía. Y no solo la tenemos, si no que la utilizamos.
Siendo las ikastolas una red a nivel de Euskal Herria, ¿puede resultar una ventaja a la hora de plantearse esa autonomía?
En ese sentido y en todos. Somos una red de verdad. A menudo hablamos de la Caja de Solidaridad que tenemos entre las ikastolas como ejemplo visible de esa red, pero la solidaridad y la lógica de red de las ikastolas se dá en muchos ámbitos. Si una ikastola despunta en algún área tendrá, inmediatamente, visitas de otras ikastolas para compartir experiencias y conocimientos. Las relaciónes entre ikastolas de Iparralde y Hegoalde son cada vez más habituales. Tenemos un proyecto educativo para toda Euskal Herria, creamos nuestro propio material educativo… La nuestra es una red que se aguanta por que hay quien la sujete en todos los lados.
«Queremos construir un nuevo sistema educativo para nuestro páis, y no lo haremos solos»
¿Cuál dirías que es el estado de salud actual de las ikastolas?
Desde la humildad, podemos decir que somos un movimiento fuerte. No solo en lo económico y lo social. En todo lo que se refiera al euskara o a la cultura, las ikastolas están siempre ahí. Hay muchos agentes que acuden a nosotros y nuestras puertas están siempre abiertas para hablar, reflexionar y actuar.
Somos conscientes de que los grandes recorridos hay que hacerlos en compañía y si, tal y como es nuestro deseo, queremos construir un nuevo sistema educativo para nuestro páis, no lo haremos solos. No tiene por qué ser nuestro modelo, pero tenemos claro que tampoco es el modelo público actual. Será un trabajo colectivo y nosostros estamos dispuestos a ello.