Ainhoa Zubizarreta y Ander Arin son dos de los monitores que están promoviendo el deporte en la ikastola. Los valores que se pueden promover en el ámbito del deporte (euskera, colaboración, asociación) son los que se trabajan entre semana con diferentes niños y niñas. De todo ello hemos hablado con ambos.
¿Notáis alguna diferencia desde la temporada provocada por el coronavirus hasta este año? ¿En qué ha cambiado?
Ainhoa Zubizarreta: El coronavirus en general ha tenido importantes repercusiones, y éstas se han reflejado en el deporte escolar en su conjunto. No recuerdo con precisión, pero sufrimos muchos cambios: nos quitaron los entrenamientos y los partidos, había que entrenar con la mascarilla, no se podía tener contacto físico, había que dividir al equipo en grupos más pequeños, etc. Luego llegaron unas normas más «suaves» y la temporada pasada dimos algunos pasos hacia la «normalidad». Por ejemplo, volvieron los partidos, pero el uso de la mascarilla era obligatorio, salvo los cinco jugadores que estaban jugando. Más tarde desapareció esa ley, y así poco a poco llegamos a la situación de este año. Por lo tanto, yo diría que las diferencias han sido notables, pero como fueron poco a poco, este año no hemos notado una diferencia enorme. Sin embargo, se agradece enormemente que la temporada comience tranquila y sin leyes que nos limiten.
Ander Arin: Nos poníamos en su sitio y nos dábamos cuenta de que no disfrutaban. Según eso, intentábamos cambiar los entrenamientos.
¿Qué objetivos se marcan los/as entrenadores/as a principio de temporada?
A.A.: Más que un objetivo, nos ponemos un deber: disfrutar y divertirnos. A los/as entrenadores/as no nos preocupa perder un partido o todos mientras los/as chicos/as disfruten. Valoramos más que se animen entre ellos/as a hacer o intentar hacer las cosas bien.
A.Z.: Al principio de temporada nos marcamos varios objetivos. En cuanto al deporte, recuperar la práctica perdida en los meses de verano, y por otro, empezar a aprender e interiorizar cosas nuevas. También hacemos ejercicios más físicos para que no se cansen tanto en los partidos. Por último, uno de los objetivos sería mantener la nueva temporada con ganas y motivación, crear un ambiente en el que todos/as nos sintamos a gusto.
«En nuestro caso el euskera tiene mucha presencia, pero se sabe que en general y en el deporte el castellano oprime al euskera»
¿Qué necesita los/as jóvenes del deporte a esas edades: jugar o competir?
A.Z.: Yo diría que la clave está en buscar la conexión y el equilibrio entre ambos. Es decir, aunque la mayoría se aprende fuera de competición, competir también tiene su encanto, y esto influye directamente en la motivación de los/as jugadores/as. Al fin y al cabo, la competición ofrece la posibilidad de plasmar todo lo aprendido en los entrenamientos y tanto los/as jugadores/as como nosotros/as vivimos los partidos con emoción y más ilusión. Pero también es muy agradable el ambiente que se crea jugando sin competencia, creo que hay que buscar la interacción entre ambos.
A.A.: Además de aprender poco a poco en el deporte escolar y hacer las cosas bien, disfrutar. La rivalidad es la parte principal del deporte, pero eso viene acompañado de enfados y lo pasan mal cuando a los/as jugadores/as no les sale algo. Valoramos el esfuerzo y con los ánimos disfrutan del juego. Podrán jugar en el futuro, pero creemos que lo ideal es aprender a través del juego.
¿Qué supone para vosotros/as ser entrenadores/as de un equipo de ikastola?
A.Z.: Para mí es un reto que me motiva mucho, este es el 4º año que soy entrenadora y me he dado cuenta de que disfruto mucho. Compartir esas horas a la semana con los/as de mi equipo es un placer, preparar sesiones de entrenamiento y enseñar cosas nuevas a los/as jugadores/as es un reto bonito para mí. Es verdad que requiere trabajo, los entrenamientos hay que prepararlos, buscar nuevos ejercicios y aprenderlos… pero yo personalmente, lo que supone ser entrenadora que lo emprendo con gusto.
A.A.: Que formamos parte de un grupo. Nos esforzamos en educar a este grupo de una manera cómoda y divertida. Y es que el deporte escolar suele ser para aprender y divertirse. Junto a ello, los/as entrenadores/as también aprendemos en el momento de tratar con los/as jugadores/as y el viaje suele ser bonito.
«Valoramos el esfuerzo y con los ánimos disfrutan del juego»
Para estas edades, ¿damos más importancia a ganar?
A.A.: Quizá sí, porque hemos aprendido que con ganar viene la alegría y con perder la tristeza. Sería importante darle la vuelta a eso.
A.Z.: Es cierto que siempre se ha dado mucha importancia a ganar, yo creo que si no se cruza la frontera puede ser beneficioso. Lo que quiero decir es que ganar no puede ser el objetivo principal y único, pero creo que competir aumenta la motivación y las ganas de aprender. Por ejemplo, los/as jugadores/as de nuestro equipo ya están con ganas de empezar con los partidos. Al fin y al cabo, nosotros/as siempre les decimos que lo importante es jugar bien y dar todo lo que cada uno/a puede dar, y si se gana actuando así, que la victoria sea bienvenida, pero si no, no pasa nada. Lo importante es que al acabar el partido se quede con buenas sensaciones, algo que no ocurre sólo al ganar.
¿Tiene cabida el euskera en los deportes?
A.Z.: Yo diría que la presencia del euskera depende del lugar y de las costumbres de cada uno/a. Yo he visto de todo, grupos que hablan euskera y otros que hablan castellano. En nuestro caso, personalmente, realizamos la comunicación en euskera en su totalidad: entre los/as jugadores/as, entre los/as entrenadores/as, entre jugador/a y entreneador/a, y también con los padres y madres. Por lo tanto, en nuestro caso el euskera tiene mucha presencia, pero se sabe que tanto en general como en el deporte el castellano oprime al euskera.
¿Qué hacéis para fomentar el euskera tanto en los entrenamientos como en los partidos?
A.A.: La verdad es que siempre están hablando en euskera y eso nos lo facilita mucho a los/as entrenadores/as y monitores/as. Sale de ellos/as el euskera. Es normal que de vez en cuando algunas palabras se hagan en castellano, están aprendiendo y si oyen a la gente hacerlo en castellano, también lo hacen ellos/as. En ese momento sí les decimos que hablen euskera, pero es muy raro y no lo vemos como un problema. Porque seguido toman la conversación en euskera.
A.Z.: Nosotros/as afortunadamente no tenemos necesidad de hábitos o técnicas para fomentar el euskera, como se hemos dicho nos comunicamos al cien por cien en euskera y la verdad es que diría que es un placer. Así que, hablando en euskera en el día a día, hemos conseguido ofrecer al euskera el lugar que merece.