Erika Lagoma Pombar – Artículo redactado para Gaur8 (23-09-2023)
¿Por qué le compraste, regalaste un smartphone a tu hijo o hija? «No quiero que sea el último». «Para que no sea excluido». Esta es la principal razón que esgrimen los padres y madres. ¿Pero cuál es el primero, la gallina o el huevo? Alguien tiene que ser el primero.
Y ya sabemos, las nuevas tecnologías no son ni buenas ni malas, la clave está en el uso. Y sí será casualidad, porque los coches, las motosierras, las drogas, el juego tampoco son ni buenos ni malos, la clave está en el uso, pero no se los ponemos en las manos.
En 3º de EP, un tercio del alumnado dispone de smartphone y dos tercios en 6º. Y como demuestran las investigaciones, en general actúan de forma descontrolada en el mundo digital. Estos/as niños/as no, no han sido los/as últimos/as, pero algunos/as tienen problemas de dependencia. La mitad del alumnado de primaria pasa entre semana más de dos horas fuera del colegio con pantallas. Los fines de semana el 20% supera las cinco horas diarias y el 10% las ocho horas.
No, no han sido los/as últimos/as, algunos tienen más de 5.000 seguidores en Instagram. Tranquilos/as, no han sido los/as últimos/as. En 5 minutos reciben 2.000 mensajes de WhatsApp a través de memes creados con sus fotos o stickers porno. Pero tiene cosas buenas, la clave está en el uso.
Pediatras, psicólogos/as y profesores/as también han mostrado su preocupación porque el uso inadecuado de las herramientas digitales incida en la salud física, mental y social. Las pantallas inciden en el neurodesarrollo, generan problemas de atención y sueño, entre otros. Para ser perseguido por un/a niño/a que consume mucha tecnología sin supervisar su uso, tiene más riesgo de desarrollar conductas que le puedan resultar dolorosas. También para desarrollar lo que pueden ser agresivos para los demás. No somos capaces de integrar la educación sexual integral, lo hará internet, lo hará el porno. Evidentemente, está haciendo aportaciones atroces.
Guk 16. Desde la duda, desde la preocupación, siguiendo la experiencia de la ikastola de Zarautz, en Kurutziaga Ikastola, de Durango, nos juntamos hace 4 años 23 familias, familias del mismo curso. Hemos impulsado la reflexión sobre el uso de dispositivos y móviles, trayendo a expertos/as en la formación de la comunidad de la ikastola, compartiendo puntos de vista y fomentando la colaboración entre familias. Estamos haciendo un camino colectivo para que los hijos e hijas tengan una relación sana con la tecnología. Queremos retrasar la edad de entrega del móvil, aprendiendo mientras tanto, discutiendo, juntos/as. En otros cursos también se han creado grupos «Guk 16″ y la iniciativa se va estabilizando. La colaboración con los centros educativos es imprescindible, y al igual que en otros países, el diagnóstico de sus proyectos digitales es imprescindible. ¿Cuántas horas pasa el alumnado ante las pantallas en la escuela? ¿Para qué? ¿Para trabajar qué competencias digitales? ¿Qué consecuencias tiene eso?
No es la única clave retrasar la edad para recibir el móvil porque ya lo han cogido con otros dispositivos, tanto en casa como en el colegio. En nuestro pellejo sentimos con facilidad que no es fácil gestionar sanamente la práctica digital, está diseñada para que te pille, y el/la niño/a o adolescente en desarrollo es un pillo inocente. Es inocente si no se trabaja el tema en casa, si no se le dan las herramientas. Pero no todas las edades son iguales. Somos los padres y madres los que en gran parte ponemos los dispositivos digitales a disposición de los/as niños/as y la primera responsabilidad es nuestra. Cuando surgen problemas, acudimos al centro a pedir soluciones.
Seamos sinceros/as: ¿Por qué le compras, regalas… un smartphone a tu hijo o hija? «¿Para que me deje en paz?»