Irantzu Agirre Narbaiza. Secretaria de la ikastola.
Para mucha gente es la primera persona que ha conocido en la ikastola. Es la que está al otro lado del teléfono. Fue alumna de Kurutziaga y desde hace diez años la ikastola es su lugar de trabajo.
Fuiste alumna de la ikastola y ahora trabajas en ella. Has conocido ambos lados de la ikastola.
¡Quién me iba a decir a mi cuando era alumna de la ikastola que iba a ser la Nueva Mariasun (¡así me llamaban al principio)! La ikastola ha crecido y ha cambiado desde que yo era alumna pero, aún hoy, cuando voy por los pasillos, me vienen recuerdos de cuando era niña: de cuando jugábamos con tacos de madera en Educación Infantil, de los programas de radio que hacíamos, o de cuando andábamos con los zancos preparando la obra de teatro con Txotxe.
Parece que fue ayer pero los y las alumnos y alumnas que cuando yo empecé a trabajar en la ikastola estaban en la guardería, hoy en día van con su Chromebook a clases de ESO.
Siempre hay alguien en la ventanilla de secretaría.
Así es. Es cierto que antes las familias acudían más a secretaría ya que hoy en día muchas de las inscripciones y consultas se hacen por correo electrónico o por teléfono. Aún así, en una ikastola con más de mil alumnos siempre hay trajín en secretaría.
En enero cumpliré diez años como secretaria de la ikastola. Conozco a la mayoría de las familias y muchas veces sé a qué acuden antes de que me lo digan.
El teléfono no para de sonar.
¡Ya lo creo! Son llamadas de todo tipo: consultas sobre horarios de entrenamientos, sobre cuotas, o, también para hacer saber que su hijo o hija ha enfermado… Pero, sobre todo, llaman las familias que han visto que tienen una llamada perdida de la ikastola y se apuran. ¡Entonces es cuando yo tengo un arduo trabajo para que averiguar quién y por qué les habrá llamado!
Ex-alumna, secretaria y también madre de dos alumnos…
Es una experiencia muy enriquecedora poder conocer tan de cerca el día a día y las experiencias que ellos viven. Además, a medida que ellos crecen también la ikastola va creciendo, y como familia, resulta muy grato participar en este proyecto.
En secretaría siempre hay algo que hacer. ¿Qué es lo que más tiempo te lleva?
El inicio y el final del curso escolar son los dos momentos donde más carga de trabajo se acumula. Hay que hacer las altas de todo el nuevo alumnado, las altas y bajas del comedor, de los deportes… A todo eso se le suma el plazo de petición de becas.
Al final del curso hay que tramitar las notas, las peticiones de libros y material para el curso siguiente… De todos modos, la mayor carga de trabajo viene por parte del Departamento de Educación. Además de tener nuestros programas bien alimentados y al día, el Departamento nos exige introducir cada vez más información vía sus aplicaciones y en determinados plazos. ¡Eso sí que resulta estresante!
¿Quiénes te calientan más la cabeza, el alumnado, el profesorado o las familias?
Sin duda alguna el profesorado (risas).
Con las familias tengo un trato muy cercano. En general son muy agradables y aunque siempre conlleva trabajo, esa relación directa con la gente me resulta muy enriquecedora.
El alumnado, por su parte, más que calentarme la cabeza, me provoca sentimientos de todo tipo: cuando se acercan porque se han dado un golpe y tienen una herida, o están enfermos y esperan en secretaría a sus familiares, incluso cuando me traen un pedazo de bizcocho por su cumpleaños o los veo por el pasillo y me cuentan sus aventuras…